viernes, 11 de julio de 2008

SOBRE LA MOTO, EL AIRE EN LA CARA Y RUMBO AL SUR...UN GRA DIA


Ya hace unos dias que no soportaba estar en la ciudad. El calor del verano y la inactividad me estaba matando. Así que me he tirado la manta a la cabeza y he puesto rumbo a mi reino de verano, a mi paraiso particular, a la ciudad de Dénia. El viaje me ha costado más de dos horas. La razón es sencilla, he decidido bajar con una moto que tengo de pequeña cilindrada y por la linea de la costa , evitando la autopista y en la medida de lo posible la carretera general. Me he sentido un poco Kerouac, cruzando américa en un de sus varios viajes que describe en su libro "On the Road". Lo bueno de viajar despacio es que puedes saborear cada metro del paisaje.

El viaje empieza entre campos de arroz, luego deslumbra ese espejo enorme que es el lago de la albufera. Este da paso a los espesos pinares de la marjal. Al pasar el perello el paisaje se llena de huertas y de paradas de ventas de verduras. La llegada a la montaña de cullera mas o menos indica la mitad del camino. Tras preguntar a los lugareños sobre mi ruta, continuo hasta la playa de gandia, donde decido parar para no reventar la moto, aunque la pequeña se estaba portando muy bien. Un merecido descanso mirando el mar con un granizado de limon y continuo mi ruta hacia el sur. Al salir de gandia paso bajo la sombra de la piramide del Monduver, impresionate monte con cuya cumbre tengo una cita pendiente. Al llegar a Oliva de nuevo a preguntar, pero ya veo en mi horizonte la cima del montgo y mi destino está próximo. Por este ultimo tramo me siento como por una carretera de frontera mexicana, largar rectas y pobres prostitutas vendiendo su cuerpo en los arcenes.

Por fin llego a mi pequeño refugio y de repente me siento mucho mejor. El aire de aqui tiene algo que me trae paz y sosiego. Supongo que las fuerzas teluricas de este lugar son muy fuertes y positivas, no es para menos, pues aqui se besan en perfecta armonia el mar y esbeltas montañas. Eran las siete de la tarde, mi hora preferida para ir a caminar en torno a la orilla de la playa. A los pocos minutos de mi paseo he visto algo que me ha dejado alucinado. Por un conjuncion de una determinada posicion del sol y una atmósfera muy limpia, he visto muy a lo lejos un ciudad flotando en el mar.
Bien podria haber sido la mítica Atlántida volviendo a la superficie, pero por la posición y cercania me temo que era la no menos mítica isla de Ibiza. La vision al poco se ha ido diluyendo hasta fundirse con el horizonte, ha sido increible. Todavia flipado he decidido ir a sentarme en un lugar donde no me explico como, se ve ponerse el sol tras un bahía cuyo telon de fondo es la piramide casi perfecta del monduver. En un atardecer que parecia un cuadro impresionista en clave de amarillos, naranjas y azules he visto morir los ultimos rayos del sol de este dia tan bonito. Pero tanta belleza no podia ser perfecta. Tres niños salidos del mismo infierno no han parado de gritar y decir gilipolleces durante un buen rato. Suerte que al final se han ido y han dejado morir este dia en paz.

Es un buen final para el dia, pero he decidido darle uno un poco mejor. Me he dado una ducha en pelota viva, en la terraza de mi casa, acariciado por la brisa y viendo la noche caer sobre el Montgó. Como dicen los Planetas en uno de sus Himnos, hoy a sido "un buen dia", si señor.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Cómo me alegro!

Éste post compensa la rabia que deja el anterior.
Me alegro mucho de tu "buen día" y te deseo (y se que los tendras) muchos mas como éste. ¡Incluso mejores!

Por cierto... ¡me voy a Gijón! A las jornadas de fotoperiodismo. Soy una romántica...
Nos vemos en un par de semanas.

¡¡¡Besotes!!!

Rebeca

pau dijo...

Un beso muy grande guapa y disfruta mucho en gijon