martes, 25 de noviembre de 2008

VER EL MUNDO CON OTROS OJOS


En 1974 Stanley Donen realizó la adaptación al cine del libro "El Principito" de Antoine de Saint-Exupery, obteniendo un resultado bastante digno. El libro ha alcanzado la categoría de clásico y su autor convertido en una leyenda. Vivió una vida intensa como aviador y escritor y desapareció volando en solitario por el mediterráneo. Su cuerpo nunca fue encontrado. Un autentico final de libro para un personaje y una vida fuera de lo común.

Tanto el original como la adaptación, nos enseñan a ver el mundo con otros ojos. Desde la sabiduría de un niño que se confiesa un ignorante. Procede además de otro planeta, así que en su doble condición de niño y de personaje completamente ajeno a nuestro mundo, trata de comprender nuestra sociedad y la verdad es que no lo consigue. Con sus sabias y pertinentes preguntas nos hace comprender que vivimos en un absurdo continuo, que nos preocupamos demasiado por cosas que no nos hacen más felices y nos aportan bien poco, como la vanidad, el acumular riquezas por el solo hecho de acumularlas, los vicios, el fragmentar artificialmente el mundo a través de las lineas imaginarias de las fronteras y encerrar en sus límites a sus habitantes y tantas y tantas cosas terriblemente absurdas de nuestro día a día. Pero a través de su aparente ignorancia nos enseña el valor de las cosas verdaderamente importantes en la vida como la amistad, el amor, la curiosidad y el deseo inagotable de conocer cuanto nos rodea, de darle un sentido, de no conformarse con lo que se nos cuenta, de preguntarnos siempre el porqué de las cosas...

En su estancia en la tierra, conoce a un zorro y este, en su despedida, le regala su gran secreto:
"Sólo con el corazón se puede ver bien. Lo esencial es invisible para los ojos".

lunes, 24 de noviembre de 2008

OSCAR WILDE

En plena cumbre de su carrera Oscar Wilde fue condenado a trabajos forzados en la cárcel bajo la acusación de relaciones homosexuales y escándalo público. Desde allí escribió una larga carta al que el consideraba el causante de sus problemas. A su amante, un joven, al que acusaba de haberle metido en el proceso por el cual fue castigado. Esta carta se publicó años más tarde con el título " De profundis". En una primera parte se dedica a acusar a su amante y a mostrarle todo su rencor, sin darse cuenta de que él mismo fue el que se metió en esa espiral de excesos y dependencias de la compañía de la persona amada. La segunda parte, más interesante se dedica a reflexionar a cerca de la necesidad de aprender también de los momentos difíciles y de lo absurdo de guardar el odio y el rencor en el interior de uno mismo. Rescato a continuación algunas de sus reflexiones:

-"Las funestas equivocaciones de la vida no deben ser atribuidas a la ausencia de razón. Un instante de irracionalidad puede ser nuestro momento más hermoso".
-"Donde hay dolor es un lugar sagrado. Algún día la humanidad comprenderá lo que eso significa".
-"El cuerpo puede seguir comiendo, bebiendo y disfrutando, aunque el alma de la cual es morada llegue a extinguirse absolutamente."
-"Si, tengo que perdonarte. No escribo esta carta para llevar amargura a tu corazón, sino para arrojarla del mío".
-"...todo en el mundo, incluso el sufrimiento, tiene una razón de ser."
-" Para adquirirla (la humildad) es forzoso desposeerse de cuanto se posee. Y sólo sabe uno que la posee después de haberlo perdido todo".
-" Lo primero que he de hacer es librarme de todo sentimiento de amargura con el mundo".
-" Tengo aún mucho camino por delante, altas montañas que escalar, valles oscuros que cruzar, y todo tengo que hacerlo solo. Ni la religión, ni la moral, ni la razón, pueden servirme de ayuda".
-" sólo dándome cuenta de lo que soy he podido hallar algún consuelo... el lamentar la propia experiencia es como impedir el propio desarrollo...es nada menos que intentar renegar de su propia alma".
-" Si la vida es, con toda seguridad un problema para mi, yo también a la vez soy un problema para la vida".
-" Durante mi permanencia en la cárcel llegué a desear la muerte.... pasado algún tiempo amainó la crisis y logré persuadirme que tenía que vivir, pero envolviéndome en una aflicción profunda... ahora comprendo que el poner una cara tan fúnebre sería de mi parte una descortesía, pues obligaría a mis amigos, cuando me visitaran, a poner caras todavía más fúnebres para expresarme así su simpatía".
-" Son tantas las cosas que me quedan por hacer, que consideraría una tragedia morirme sin haber podido realizar una pequeña parte de ellas. Advierto nuevas posiblidades en el arte y en la vida".
-" En realidad el dolor es una revelación, pues por él se conoce aquello que nunca se había pensado".
-" ¡ Es tan dificil mantenerse en las cumbres en las que el alma puede caminar! Nuestros pensamientos pertenecen a la eternidad, pero nosotros nos movemos lentamente a través del tiempo".
-" sólo puede uno formarse su alma desprendiéndose de todas las pasiones extraña, toda la cultura adquirida, de todo lo que se posee externamente, lo mismo bueno que malo".
-" Y ese momento fue el que me salvó. en ese momento comprendí que lo único que podía hacer era aceptarlo todo. y desde entonces, soy feliz,pues he llegado a lo más hondo de mi alma... Es verdaderamente trágico pensar cuán pocos hombres que se hallan en posesión de su alma antes de la muerte... la mayoría de la gente piensan con las ideas de otros; su vida es una parodia, y sus pasiones son remembranzas".
-" Una idea carece de valor hasta que se encarna y se convierte en una imagen".
-" Evitar que se desperdicie nada de lo que me dan. Así debe considerarse el amor".
-" Comprendió que la vida se halla sujeta a cambios frecuentes, que es fluida y activa, y que el comprimirla dentro de una forma rígida sería la muerte. Comprendió que los hombres no deben preocuparse demasiado de sus intereses materiales, que el no ser práctico es cosa muy grande y que no es posible formarse demasiadas ideas a cerca de la marcha del mundo...no quiso saber nada de una vida sacrificada en aras de una filosofía o moral. Explicó que las formas y los usos habïan sido hechos para el hombre y no el hombre para ellos".
-" El momento del arrepentimiento es el de la iniciación...el medio por el cual puede uno deshacer el pasado".
-" El que aspira a ser algo exterior a si mismo: rico tendero...., ve sus esfuerzos coronados por el éxito. Y ese es su castigo. El que anhela una careta, no tiene más remedio que llevarla...... Aquellos que solo piensan en el desarrollo de su propia personalidad nunca saben a dónde les conduce el camino....Pero la última etapa de la sabiduría estriba en penetrarse de lo insondable del alma humana. El misterio final reside en uno mismo..... ¿ Quien podrïa calcular la órbita de su propia alma?".
-" El primer año de cárcel no hice otra cosa que gitar con desesperación ! Que fin, que fin más terrible !, ahora intento decirme...¡ Que principio, que maravilloso principio!".
-" Ahora empiezo a sentir más lástima de aquellos que se reían de mí, que de mí mismo".
-" Tras el dolor hay siempre un alma. y mofarse de un alma torturada es una cosa horrible. La vida de quien lo hace no es hermosa."
-" Con frecuencia me decían que yo era individualista.... pero he de llegar a serlo mucho más. Necesito sacar de mí mucho más de lo que antes sacaba y exigirle menos al mundo".
-" Creo que contemplamos demasiado la naturaleza y vivimos demasiado alejados de ella":
-" La sociedad...no me reserva ningún puesto..... pero la naturaleza, cuya dulce lluvia cae lo mismo sobre los justos que sobre los pecadores, tendrá en las rocas de sus montañas alguna hendidura en la que me pueda refugiar y valles ocultos en cuyo silencio me sea dado llorar libremente".
- " No le tengas miedo al pasado...si te dicen que no se puede cambiar, no les creas: el pasado, presente y futuro...no son sino un instante. El tiempo y el espacio, la sucesión y la extensión, no son sino relaciones casuales de ideas, que la imaginación puede traspasar para moverse libremente en el terreno de las existencias ideales. Y las cosas son igualmente, con arreglo a su esencia, lo que nos place que sean. lo que son depende del modo que las contemplamos".

domingo, 16 de noviembre de 2008

MI HABITACION


Llega el temido momento que se sucede cada pocos años de tener que remover todos los trastos de la habitación para pintarla. Recoger las estanterías, meter los libros y los objetos que acompañan mis sueños en cajas... nervios, incomodidad. En un tiempo récord los pintores convierten las paredes de mi habitación en un enorme lienzo azul. Vuelvo de hacer mis cosas y encuentro mi habitación completamente desnuda, sin cortinas, sin libros, sin las cámaras de fotos antiguas que me miran desde todos los rincones mientras disfrutan de su jubilación precipitada por la revolución digital, sin los cd de música que han sido la banda sonora de mi vida, sin las películas que me han deslumbrado, sin los objetos que me traen recuerdos de lugares visitados y personas queridas, sin mi ordenador y sobre todo sin mis libros, mis queridos libros, esas puertas que con solo atravesarlas te descubren el mundo entero.

Gracias a ellos, he podido recorrer la inmensidad del mundo, correr mil aventuras acompañando a marineros, alpinistas, piratas, principitos que no alcanzaban a comprender nuestro mundo, he batallado en feroces guerras, he conocido personajes y culturas lejanas, he visto con los ojos de la imaginación la Roma de los césares y la construcción de las pirámides egipcias, he aprendido a cerca de las propiedades de la luz y la materia, como atraparla con esas cajas oscuras y lentes, he gozado, he pasado miedo e incluso me he excitado con las historias que me contaban las voces de tantos escritores congeladas en la letra impresa, me he asomado a la memoria de la humanidad a través de las ventanas de sus fotografías y sobre todo me he acercado a mi alma a través de los sentimientos, reflexiones y vivencias de otras personas plasmados en la hoja de papel.

De repente al ver mi habitación completamente desnuda, solo los esqueletos de las estanterías, los cajones vacíos y las paredes sin pósters.... me he dado cuenta de gran parte de lo que soy se materializa en los objetos que se contienen en los pocos metros cuadrados que guardan mi sueño y mi reposo. Esta visión de mi habitación ha sido como ver mi alma, mi interior vacío y despojado. Observando los lomos de los libros que se apilan unos junto a otros, los objetos que atesoro y que sirven de decoración, las fotos, cartas y entradas de conciertos que guardo en los cajones, la ropa que me ha vestido.... vuelven a mi cabeza recuerdos de todas las etapas de mi vida. Bien es cierto que si todos esos objetos desapareciesen, mis recuerdos y yo mismo permaneceríamos inalterables, pero atravesar la puerta y ver ese vacío ha sido como mirarse al espejo y no ver el propio reflejo.

martes, 11 de noviembre de 2008

REDESCUBRIR EL CAMINO


Hay veces que has recorrido unas cuantas veces un camino y de repente, un día decides volver a recorrer el trayecto y te entusiasma como si lo estuvieses recorriendo por primera vez. Algo parecido a esto me sucedió el domingo pasado. Conocía cada metro de la carretera que recorrí, pero tracé una ruta circular uniendo carreteras que conocía por separado.

Domingo a media mañana. El sol luce espléndido y aunque el aire es fresco, es un día perfecto para perderse con la moto. Desde Buñol pongo rumbo a las tierras interiores de la provincia. Paso por Macastre y me encuentro ante mí la carretera que lleva hacia el pantano de Forata, unos pocos kilómetros que he recorrido cientos de veces a pie en mis días juveniles de acampadas en Cuerna, casi con toda seguridad los días más luminosos y felices de mi existencia. En esos montes crecí como persona y aprendí a comportarme en la vida.

Pronto un cruce en el camino indica mi primer punto de destino, Cortes de Pallás. La primera visión del valle por el que discurre el río Júcar en dirección al mar es simplemente impresionante. Tras una recta se da una curva por donde comienza un descenso sinuoso por un valle tapizado de verdes montes, de unos cuantos kilómetros de ancho, guardado por inmensas murallas de roca y en lo más profundo corretean las aguas verdes del Júcar. La serpenteante línea de asfalto se va hundiendo poco a poco en el valle a través de una infinita sucesión de curvas. En una de ellas pude ver a esos hombres a los que aun visitan los instintos más primitivos del hombre. Sienten la llamada de la ley natural de buscar el sustento en los animales del monte, pero a diferencia de nuestros ancestros, ellos solo lo hacen por diversión y el precio de esos caprichos lo pagan con su vida inocentes animales, en este caso le tocó a un desdichado jabalí.

La llegada al pueblo de Cortes es a la vez preciosa e inquietante. A pocos kilómetros del pueblo se nos descubre la enorme lámina de agua esmeralda del pantano encajada entre paredones de caliza naranja con vetas verdes de monte bajo. El pueblo queda suspendido encima del embalse y tras él la enorme muela de Cortes, en cuya cúspide se construyó una enorme balsa para generar energía eléctrica. Las paredes de la muela están heridas con una especie de enorme tubería, un auténtico bosque de torres de alta tensión y una maraña infinita de cables. De nuevo el conflicto entre el progreso y el respeto al medio ambiente. Es doloroso ver un paraíso como ese profanado por la infraestructura de la central hidroeléctrica, pero gracias a ella se alimenta esta caja tonta desde la que escribo, se iluminan mis noches y se llena de calor mi casa en las frías noches de invierno. La cruel realidad es que no podemos imaginarnos ya la vida sin todas esas necesidades, por lo que actuaciones como la que me espantan seguirán existiendo.

A la entrada del pueblo una pintada mural reza algo así como "bienvenidos a Cortes, un mundo aparte" y lo cierto es que me pareció un eslogan muy acertado. Pues el pueblo está bastante apartado de otros núcleos de población importantes y rodeado de naturaleza por todos sus costados. Miro el reloj y dudo de si completaré la vuelta que tenía prevista antes de la hora de la comida. Pero aún así tiro para adelante,
¿quien sabe cuando tendré otra oportunidad para cerrar el círculo?.Así que aprovechando el momento, pregunto a los lugareños cómo llegar a mi próximo destino, Cofrentes. El camino más corto y sin duda más hermoso entre estas dos poblaciones es a través del cañón que el río excavó siglo a siglo. Un barco navega ese recorrido en ambos sentidos, pero yo me tengo que conformar por circular por una antigua pista, asfaltada hace unos años. Conduciendo mi moto por ella, de nuevo vuelven a mi memoria preciosos recuerdos de años atrás. Primero cuando veo en lo alto de un monte el castillo de Chirel. Desde lo alto de su torre puedes ver casi a vista de pájaro el amplio horizonte que te rodea y bajo tus pies el desfiladero por el que el río va al encuentro de Cortes desde Cofrentes. En los días en los que visité la soledad del castillo, pude ver en sus faldas escarpadas cabras salvajes y en lo alto del cielo majestuosas águilas. El completo aislamiento de esta fortaleza y el esfuerzo de la caminata exigida para llegar a sus puertas hizo que el castillo de Chirel desafiase el paso del tiempo con una salud más que aceptable y lo podamos disfrutar en un estado de conservación muy digno. En mi opinión es uno de los castillos más bellos que he visitado.

Continuando el camino paso junto a cueva hermosa. En sus galerías prové por primera vez, siendo muy jovencito, el veneno de la espeleología.Por desgracia y gracias al esfuerzo de miles de vándalos que se dedicaron a conciencia a romper cada una de sus estalactitas y a pintar gilipolleces en cada una de sus paredes, se ha tomado la decisión de cerrarla al público. Aplaudo esta decisión, pues estos visitantes tan ingratos no merecen disfrutar de sus tesoros.

La pista asfaltada no es muy larga y en pocos kilómetros llego al tristemente célebre pueblo de Cofrentes. Sin duda su característica principal son las dos enormes torres de la central nuclear. Junto con el vertedero de Dos Aguas y la central de Cortes forma la triada de aberraciones medioambientales de esta zona, que sustentan gran parte de la producción energética de la provincia y sobre todo del área metropolitana de Valencia. Cofrentes y Cortes nos dan luz y Dos Aguas literalmente se come nuestra basura. Como he comentado antes este es el precio que tenemos que pagar por las comodidades en nuestros hogares. Por darle a un interruptor y que se encienda la luz y por tirar una bolsa de basura al contenedor y que desaparezca. Todas estas intervenciones fueron en su día muy polémicas.Para acallar las voces y la mala conciencia, con parte de los beneficios de lo que pagamos en nuestra factura de la luz se ha dotado a estos pueblos de unas infraestructuras y dotaciones económicas excepcionales. Es el precio, demasiado barato, que todos pagamos por el progreso y por destruir tres lugares paradisiacos. Pero mientras no encontremos unas soluciones más eficaces o seamos capaces de cambiar nuestros hábitos de vida, tendremos que lamentar las consecuencias de nuestros actos y mirar con vergüenza el daño que le hacemos a la tierra que nos da la vida.

El tiempo me apremiaba y no pude visitar la población, que seguro guarda rincones maravillosos a pesar de la omnipresencia de la central nuclear. El camino que lleva de Cofrentes a Requena es un paraíso para los moteros. Corta, pero con un asfalto de gran calidad y unas curvas de un trazado perfecto, reina la cuesta conocida como la chirrichana. Esta recibe la visita de multitud de motoristas cada fin de semana (en realidad todas las carreteras de la zona), para sintonizar y vibrar con sus máquinas y el asfalto. En todo mi recorrido me crucé con multitud de grupos de motoristas, sobre el asfalto y almorzando en los bares. Me llamó la atención que muchos de ellos me saludaban en un acto de camaradería, algo que nunca se ve en las ciudades, pero
que es muy habitual en las carreteras. Un gesto bonito, para decirse que nos entendemos, que compartimos la pasión de las dos ruedas. Largas rectas, viñas que duermen el sueño del otoño después de haber dado lo mejor de sí en verano y aldeas que huelen a la elaboración del vino son mis compañeras hasta llegar a Requena. Allí tengo que coger la autovía, me esperan a comer y el tiempo apremia, la ruta pierde gran parte de su magia pero llego en pocos minutos y sano y salvo al final del círculo, al mismo lugar en el que desperté a mi moto de su sueño tres horas antes.

domingo, 9 de noviembre de 2008

sábado, 8 de noviembre de 2008

CENIZAS DEL CIELO



Recomiendo esta película que se estrenó ayer con entusiasmo. Habla de ecologismo y de vida. Un ecologismo auténtico, no de eslóganes, pancartas, afiliaciones a greenpeace y numeritos para salir en la tele. Un ecologismo de amor por la tierra, de abrazar un árbol para setir su mágia, de protegerlo con toldos de la lluvia ácida. De tratar a animales y plantas con el mismo cariño y amor con el que se trata a las personas. De amor por la tierra, de entender que un paisaje ya no es el mismo si cambian sus habitantes, sus modos de ganarse la vida, sus cultivos tradicionales y la ganadería que ha alimentado por siglos a los pueblos.

También habla de lo inútil y absurda que resulta muchas veces la burocrácia para resolver problemas, de la dignidad de un anciano que como un David se enfrenta al Goliat de la central térmica que envenena con sus humos el valle en el que vive. De los conflictos entre el derecho al desarrollo para una vida mejor y la supervivencia de los modos de vida tradicionales. La paradoja de que la central térmica da de comer a los habitantes del valle, da luz en sus noches, pero a la vez envenena sus rios, sus plantas, sus huertas...la mano que te da de comer, que te permite sobrevivir, te mata poco a poco.

Pero tambien habla de amor. Del amor a la tierra que siente la gente que ha nacido y crecido en ella, del amor de un extranjero hacia un pueblo que le acoje y del que aprende cada día, del amor a la amistad sincera entre personas y como no del amor físico, del cariño, del beso, del abrazo...

lunes, 3 de noviembre de 2008

ISLANDIA CAPITULO 2



Bueno, lo prometido es deuda. He tardado un montón en subir este segundo capítulo del viaje a Islandia porque no he sido capaz de subirlo a mejor resolución. Pero de todos modos aquí está: Corresponde a los días centrales del viaje, recorriendo la zona norte de la isla, muy activa geológicamente y la excursión a la isla de Grimsey para cruzar el círculo polar ártico. En cuanto esté listo subiré el tercer y último capítulo.

sábado, 1 de noviembre de 2008

CARA A CARA CON EL GIGANTE

Mi primer encuentro con el Teide fue hace veinte años, fue un encuentro muy rápido, como todas las cosas que se visitan en una excursión de un solo día a la isla de Tenerife. Pero su majestuosa silueta quedó grabada a fuego en mi mente de niño, que ya entonces soñaba con las montañas. Volví a las canarias algunos años más tarde, pero solo pude volver a ver su silueta, lejana, flotando por encima de las nubes desde el pico de las nieves, el punto más alto de Gran Canaria.

Ya en mi tercer viaje a las islas, hace unos tres años pude medir mis fuerzas con el volcán. El día era expléndido y la subida hasta el refugio de altavista fue bastante cómoda. Pero nada más caer la noche la naturaleza mostró todo su poder y descargó una tormenta tropical sobre Tenerife de tal magnitud, que pocos lugareños recordaban una similar. Eso significó asumir mi derrota y perder mi oportunidad de tocar el cielo desde el punto más alto de nuestra geografía. La escuela de la vida que es la montaña me recordó una lección que ya había aprendido en otras ocasiones, que una retirada a tiempo es una victoria. Hay que saber renunciar, darse la vuelta en el momento en el que las cosas se complican, para volver a intentarlo con más fuerza más adelante. Las montañas siempre estarán ahí esperándote y la oportunidad de volver a intentarlo puede tardar, pero llega.

Y esa oportunidad me llegó el jueves después de tres años de espera. Volví otra vez a las canarias para ver a la familia. El temporal que me despidió en Valencia parece que se vino conmigo, pues los días en esta nueva visita a Gran Canaria se están caracterizando por la inestabilidad atmosférica y las lluvias, algo poco común en estas tierras. Eso me hizo temer por el éxito de mi nuevo intento por coronar al Teide, me obligó a estar muy atento al parte meteorológico y a planificar con cuidado la vuelta a Tenerife. La suerte me hizo un guiño, pues la inestabilidad parecía dar una tregua el viernes, una breve ventana de buen tiempo entre dos coletazos del temporal.

Así que el jueves me levanté antes que el sol y bien temprano estaba en un barco que surcaría los apoximadamente noventa kilómetros de mar que separan Las Palmas de Santa Cruz de Tenerife. El sol me recibía a mi llegada a la isla, pero el tiempo es muy caprichoso y loco en este archipiélago. Si por algo se caracterizan estas islas y sobre todo las occidentales es por una gran variedad de microclimas en un espacio reducido de tierra en medio del océano atlántico. La isla de Tenerife se caracteriza por su gran verticalidad. En apenas unas decenas de kilómetros se llega en una subida constante desde las olas del mar a las nieves del cono del Teide, a tres mil setecientos dieciocho metros sobre el nivel del mar y muchas veces reinado sobre las nubes, producto de la humedad del mar que atrapan las paredes de la isla llenas de frondosa vejetación.

El camino más corto desde Santa Cruz a las Cañadas pasa por La Esperanza. Pero muy pronto la ilusión que me acompañaba empieza a desvanecerse. La lluvia hace acto de presencia apenas emprendo el viaje. Me aferro a la idea de que el tiempo en la isla es muy cambiante y que seguramente esa lluvia está atrapada en la corona forestal, ese cinturón vejetal que rodea las faldas del Teide, y arriba en las cañadas reinará el sol. Pero pronto llega el primer obstáculo del viaje. La carretera está cortada por nieves según rezaba el cartel que bloqueaba el paso, más tarde me enteraría que era a causa de desprendimientos. Este primer golpe me obliga a desandar el camino andado e intentar de nuevo la subida por otro lugar. La carretera más próxima a donde me encontraba que podía llevarme a la parte alta de la isla era la que discurre a través del valle de La Orotava, ese magnífico y frondoso vergel en el que naturalistas tan emblemáticos como Humboldt realizaron estudios sobre la flora tan extraña y propia del lugar. También Humboldt es recordado por realizar ascensiones y observaciones científicas en montañas y volcanes. Por supuesto visitó el Teide y yo ahora seguía sus pasos a través de este emblemático valle. La lluvia era mi fiel compañera y tampoco faltaron a la cita las misteriosas nieblas que son tan frecuentes en los bosques que se atraviesan como el verde de los pinos.

Tras miles de curvas y de kilómetros de subidas infinitas por fin llegue a las Cañadas del Teide. Este lugar es un inmenso cráter de unos cuantos kilómetros de diámetro, lleno de paisajes lunares, extrañas formaciones de rocas volcánicas escupidas por la tierra y en cuyo centro se alza majestuoso el cono del volcán. Pero en contra de lo que yo pensaba, no lucía el sol, sino que seguía lloviendo con insistencia. Aún así me encaminé al Parking donde se inicia la ruta de ascenso. La lluvia por fin me hace darme cuenta de que otra vez la montaña me negaba su acceso. Así que me da el bajón y me entran ganas de volverme otra vez a Gran Canaria, no me apetece hacer nada en Tenerife. Cojo el coche y me marcho, pero en ese momento, tras un recodo de la carretera, el Teide se muestra con toda su inmensidad despejado de nubes en su parte superior. Con una sonrisa burlona parece lanzarme un desafío: "...¿ya te vas a hechar atrás?, ¿te rindes por una mísera lluvia?, aquí estoy, te espero..." Recojo el desafío, me doy la vuelta tan rápido como puedo y vuelvo al parking. Allí aún están cinco muchachos de gran Canaria que me habían ofrecido antes de rendirme que les acompañase. Tuvieron el detalle y el gesto de esperar bajo la lluvia a que preparase mi mochila y me cambiase. Mi buena estrella me puso a esos cinco chaveles en mi camino, para que no me enfrentase a la montaña en soledad y no me cansaré de agradecerles el detalle que tuvieron de esperarme y lo bien que se portaron conmigo en todo momento.

Tan pronto como comenzamos a caminar apareció la nieve bajo nuestros pies y nos acompañaría hasta que tocásemos el cielo al día siguiente. El viento y el aguanieve nos golpeaba con fuerza, se nos pegaban los cristales de hielo a las pestañas y se nos calaron de agua los pantalones. Pero de repente se obra el milagro y cuando atravesamos esa última capa de nubes, llegando a lo que se conoce como montaña blanca, brilló un magnifico sol, nos recibió el inmenso cielo azul y se nos llenaron de esperanza los corazones. Ante nosotros estaba la base del teide, un inmenso cono que sirve de peana, a modo de atril al cono mas pequeño que forma la altísima cumbre.
Ya con la calidez del sol, la empinada subida hasta el refugio se hace más llevadera y en apenas un par de horas llegamos a él. El mal tiempo había hechado atrás al resto de montañeros y el refugio quedó entonces a nuestra entera disposición. Bajo nosotros las nubes tormentosas, sobre nuestras cabezas llegaba una noche clara y despejada.

En la calidez del refugio, los compañeros que me puso el destino en mi camino, tuvieron el detalle de compartir conmigo su cena, risas y justo antes de acostarnos una interesantisima conversación a cerca del mundo en el que vivimos y las mentiras que nos quieren vender. La altitud y la impaciencia por la ascensión final del día siguiente hace que sea difícil conciliar el sueño. De nuevo nos levantamos mucho antes que el sol y cuando salimos al exterior para ver que tal estaba el tiempo, ya no queda duda, ese era nuestro día, la noche era clara, llena de estrellas, sin apenas viento y una temperatura fría pero agradable.

Desayunamos, nos vestimos y salimos a las sombras de la noche para conquistar la cumbre. El día empieza a clarear y bajo nuestros pies brillan las luces de Puerto de la Cruz y allá a lo lejos las de la isla de Gran Canaria. Caminamos por entre las misteriosas formas pétreas de una colada de lava vomitada por el volcán, tapizada por el blanco de las nieves que ya habían llegado a su reino de la alta montana. En un momento la pendiente empeza a suavizarse y la luz rojiza del alba nos muestra el tramo final de nuestro ascenso, el enorme cono que sostiene el cráter y la cúspide. Cuando llegamos a las instalaciones de ese horrible monstruo metálico que es el teleférico y que en mi opinión es una ofensa a esta hermosa montaña, nos sentamos sobre una piedra para ver el sol aparecer por el horizonte, tras la isla de Gran Canaria. La calidez de sus rayos y la magnífica luz dorada de primera hora de la mañana serán nuestros agradables compañeros en el peligroso tramo final de la ascensión. La pendiente aumenta y está llena de peligrosas capas de nieve muy dura, incluso hielo, que hacen resbaladiza y peligrosa la subida. Pero con cuidado y poco a poco vamos ganado metro a metro a la montaña, un intenso olor a azufre nos indica que ya hemos llegado al humeante y sulfuroso cráter. Unos pocos metros por encima y atravesando nubes de vapor fruto de la respiración de la tierra y que nos recuerda que este volcán está dormido y no muerto, llegamos a la cumbre. El día es expléndido, a nuestros pies las nubes y el mundo entero, sobre nuestras cabezas el amplio cielo, tan azul y próximo que casi puede tocarse.

Tras un buen rato saboreando la cumbre, llega el momento del descenso. Se hace largo, la nieve amortigua nuestros pasos y lo hace más llevadero, pero sobre todo la felicidad y la satisfacción es el sentimiento que nos embarga a todos. La cosas que cuestan un gran esfuerzo y que no se consiguen a la primera son las que mejor saben y más se disfrutan, para mí es especialmente dulce este momento, pues la montaña ya me negó un día la posibilidad de gozar de su cumbre y los miles de kilómetros que me separan de ella hace que no me sea muy fácil intentarlo una y otra vez. De nuevo a escuela de la vida que es la montaña me ha enseñado muchas cosas. La perseverancia y el esfuerzo tienen su recompensa, luchar contra la adversidad, cuando todo parece perdido también. Además me recordó la importancia del compañerismo, lo bonito que es compartir desinteresadamente y las satisfacciones que aporta.Este periplo terminó de nuevo en el Parking, me despido de estos cinco amigos con los que he compartido esta gran experiencia, nos intercambiamos las señas, sinceramente les vuelvo a agradecer todo lo que han hecho por mí y deseo que la vida vuelva a cruzar nuestros caminos en algún momento.