Cuatro de la tarde de un cálido día de agosto. Llevo todo el día viendo la tele, primero como Nadal se convertía en campeón olímpico de forma magistral y después las carreras de motos y el noticiario, trágico como casi siempre. Hace demasiado calor en la calle y no me atrevo a salir. Tampoco me conviene hacer la siesta, que luego tengo el relog interno desquiciado y no duermo cuando debo. Así que busco en la estantería de los DVD`S y elijo uno de título refrescante, "Los amantes del círculo polar". De refrescante solo tiene el título y los hermosos y remotos paisajes de La Ponia, pues se trata de una tórrida, caliente, hermosa y extrañísima historia de amor surgida de la cabeza de Julio Medem.
La película cumple su función de entretenimiento,pero además me hace pensar y sentir...me gusta. Pero ese ambiente extraño tan propio de las películas del director vasco acaba calándome en el alma. En la historia juega un papel muy importante las casualidades. Como estas casualidades cruzan las vidas de dos personas y como marcan sus caminos futuros.
Como no tengo otra cosa mejor que hacer, me pongo a pensar. En como la magia de las casualidades ha traído a personas y momentos magníficos a mi mundo. El peso y la importancia que todas esas personas han tenido y siguen teniendo en mí.También en determinados sucesos que se han ido sucediendo de forma que a veces resulta difícil explicar. Hechos maravillosos y los momentos más duros de mi vida, como el ver desaparecer o alejarse a años luz a gente querida y ver desmoronarse un mundo que creías sólido y eterno a una velocidad de vértigo. Pero echando la vista atrás pienso que todas las piezas de ese puzzle encajan perfectamente,aunque en ocasiones no lo piense así o no lo vea con claridad. Cuando la distancia del tiempo permite volver la vista atrás sobre los recuerdos, te das cuenta de que efectivamente nada ha pasado porque si y que las personas y los hechos han llegado,se han ido o han sucedido en su momento preciso. Y a veces asusta tener la sensación de estar viviendo el guión de un plan trazado de antemano. Bien es cierto que también reconforta. Me cuesta creer en el destino. Es tan difícil demostrar su existencia como negarla, pero a veces suceden cosas de un modo y con unas consecuencias tales que me desconciertan.
Acabas por un conjunto de extrañas casualidades trabajando de algo que ni siquiera has soñado y que termina por marcar tu vida, te hundes en momentos duros, sin entender porque y con los años descubres que era necesario pasar por ese trago amargo para resurguir con fuerza, llegan y se van personas que acompañan tu camino e influyen en ti, te moldean y te abren nuevos caminos, aprendes de lo bueno y de lo malo. Al final te das cuenta de que ninguna pieza de ese complicado engranaje sobra, ni está ahí porque sí.
Por eso me niego a pensar que las extrañas casualidades que me rodean últimamente, son eso, casualidades. Se que van a marcar mi camino y que tienen un porqué, que los momentos difíciles que me esperan me van a hacer más fuerte y que los momentos hermosos que vivo y espero seguir viviendo tampoco son fruto del azar.
domingo, 17 de agosto de 2008
CASUALIDADES
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2 comentarios:
Que bueno es pensar...
no pares nunca de hacerlo...
preguntar... es lo que te mantiene vivo...
adoro a Medem...
pero esta peli no me gusto especialmente...
se creyó demasiado su papel de cineasta maldito y de"l´enfant terrible"...
saludos
Pues si, sanisima costumbre, algo dejada de lado en estos tiempos. Creo que voy a tener bastante tiempo para practicarla en adelante y procurare dejar las reflexiones en este limbo que es el cibermundo.
un saludo.
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