Según los papeles hoy es nuestro primer aniversario. Cumplimos un añito saliendo juntos por las carreteras, compartiendo el tiempo libre y disfrutando mucho los dos solitos, descubriendo en cada nueva salida rincones maravillosos de nuestra geografía que desconocía y que me están sorprendiendo. Conociéndonos, cada día, un poquito mejor.
Para muchos es simplemente doscientos kilos de metal y plástico, para mí sin embargo es mucho más. Es un sentimiento. Cuando pongo en marcha el botón de arranque y siento latir entre mis piernas su corazón monocilíndrico, cuando tenemos delante de nosotros la línea infinita del negro asfalto y nos rodean los amplios horizontes, serpenteando entre curvas por montañas y bosques de pino, cuando en un simple movimiento de mi muñeca derecha abro gas y ella muestra su fuerza, su energía y tengo que agarrarme a su negro cuerpo poderoso y parece que estemos volando, en ese momento me siento en conexión con la máquina. Parece un ser vivo con el que te puedes comunicar, al que puedes sentir latir debajo de ti. Mediante el lenguaje corporal, a través de suaves golpes de gas, caricias al embrague, cambios en la palanca de marchas, toques de freno y desplazamiento del cuerpo hacia los lados.... entiende así lo que quiero de ella y me lo da con generosidad. De mi parte ella recibe cuidados y mimos. Su anterior pareja no le trató como se merecía, nuestros primeros meses juntos fueron duros, se mostraba rebelde e intratable, tuvimos nuestros problemas, pero pronto comprendió que yo cuidaría de ella y que ambos disfrutaríamos del placer de la carretera y del viaje por el viaje. Poco a poco nos fuimos entendiendo, conectando y en estos días disfrutamos de momentos intensos, llenos de belleza y sintonía.
Rodando con ella, sintiendo la caricia del aire en el cuerpo y su potencia entre mis piernas, la palabra libertad se materializa y puedo sentirme lejos del mundo por unas horas, relajarme, escapar de todo lo malo que me rodea y disfrutar de cada metro de paisaje desconocido que te descubre cada nueva curva del camino. Este año en el que hemos compartido tanto merecía su sentido y justo homenaje. Que los peligros del camino nos respeten y los dioses de la carretera nos protejan y nos guíen, para que podamos celebrar por muchos años esta preciosa relación.
sábado, 13 de diciembre de 2008
UN AÑO JUNTOS
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2 comentarios:
Por fin conozco la máquina... fué en esta dónde "me subí cuando nos conocimos"?
Es chulísima! una buena máquina, muy afortunada...por los cuidados que le prodigas y por las palabras cómo la describes...
Suerte para los caminos! Un beso
Realmente no es esta, la mía es un poco más bonita, pero no tengo fotos de ella. Que triste, en casa de herrero, cuchillo de palo, pero en fin, es lo que hay. Un beso.
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