miércoles, 17 de diciembre de 2008

VALE LA PENA


Una hora indeterminada de la madrugada en una habitación cualquiera de un Hospital cualquiera del estado español. Busco inútilmente una cómoda postura para dormir entre un sillón y una silla a mis pies, mientras de reojo guardo el sueño de mi padre, recién operado. Imposible conciliar el sueño, entre ronquidos de los dos inquilinos de la habitación y la búsqueda inútil de una postura que me lleve a los brazos de Morfeo. Pienso en cual distinta será la noche para una persona en una situación similar a la mía en un hospital privado. Con esas habitaciones que parecen de hotel, para un solo inquilino, con cama para el acompañante, tele de libre acceso ( en nuestra habitación sin embargo la tele está encadenada a un lector de tarjetas para poder verla, triste negocio el que se lucra a partir del sufrimiento y el aburrimiento de los enfermos)...y todo tipo de comodidades.

He matado el tiempo leyendo. Leía a cerca de los sucesos de Casas Viejas, un pueblo de Cádiz, donde antes de la guerra civil, los campesinos que morían de hambre, deciden expropiar treinta mil hectáreas de campo sin cultivar, en manos de terratenientes, e instaurar el comunismo libertario. Ese sueño, esa necesidad de un mundo mejor, por supuesto fue combatida y aniquilada. La osadía de intentar hacer del mundo un lugar un poco más justo se pagó con una represión brutal y con numerosas vidas humanas.

Mucha personas vinieron después que también creyeron en un mundo más justo. Mucho dolor, sufrimiento y también algunos éxitos. Entre ellos, en nuestro país, el de conseguir una de las mejores sanidades públicas del mundo. Por todas esas personas que creyeron en un mundo más justo, lucharon por él y lograron que la seguridad social fuese un derecho universal, por todo el sufrimiento que ha costado su instauración y por el esfuerzo de grandes profesionales, por mí, porque mis hijos y mis nietos sigan disfrutando de este derecho...Por eso esta noche me siento feliz de mi imposibilidad de descansar en una habitación llena de incomodidades, casi sin intimidad, con una comida que para ser muy generosos, diremos que no tiene muy buen aspecto, de las listas de espera, la saturación y demás supuestos problemas de esta sanidad de todos y para todos. Por eso reniego y me cago en esos hospitales que parecen hoteles, sin largas listas de espera, con su intimidad, su tele de acceso libre y su cómoda cama para el acompañante. Pero eso si, pagando cada pastilla, cada comida, cada gasa y cada venda que se te suministra y que ha sido debidamente contabilizada para que nunca se desequilibre la balanza entre gastos e ingresos a tu favor, en ese negocio que algunos ven en la salud de las personas. La salud es un derecho, no un lujo o un privilegio. Por eso creo en la sanidad pública, hay que acudir a ella no solo porque "es gratuita", sino por convicción, por militancia, para que te cueste lo mismo un tratamiento por un juanete que por un cáncer, para que puedan compartir habitación el empresario acomodado y el obrero parado en apuros, para que no se desarrolle y se implante ese modelo terrible de empresas que se lucran a costa de las desgracia ajenas. Para que no vallamos al modelos estadounidense, donde vales tanto como tu cuenta bancaria y para que la sanidad siga siendo un derecho, de todos y para todos.

sábado, 13 de diciembre de 2008

UN AÑO JUNTOS


Según los papeles hoy es nuestro primer aniversario. Cumplimos un añito saliendo juntos por las carreteras, compartiendo el tiempo libre y disfrutando mucho los dos solitos, descubriendo en cada nueva salida rincones maravillosos de nuestra geografía que desconocía y que me están sorprendiendo. Conociéndonos, cada día, un poquito mejor.

Para muchos es simplemente doscientos kilos de metal y plástico, para mí sin embargo es mucho más. Es un sentimiento. Cuando pongo en marcha el botón de arranque y siento latir entre mis piernas su corazón monocilíndrico, cuando tenemos delante de nosotros la línea infinita del negro asfalto y nos rodean los amplios horizontes, serpenteando entre curvas por montañas y bosques de pino, cuando en un simple movimiento de mi muñeca derecha abro gas y ella muestra su fuerza, su energía y tengo que agarrarme a su negro cuerpo poderoso y parece que estemos volando, en ese momento me siento en conexión con la máquina. Parece un ser vivo con el que te puedes comunicar, al que puedes sentir latir debajo de ti. Mediante el lenguaje corporal, a través de suaves golpes de gas, caricias al embrague, cambios en la palanca de marchas, toques de freno y desplazamiento del cuerpo hacia los lados.... entiende así lo que quiero de ella y me lo da con generosidad. De mi parte ella recibe cuidados y mimos. Su anterior pareja no le trató como se merecía, nuestros primeros meses juntos fueron duros, se mostraba rebelde e intratable, tuvimos nuestros problemas, pero pronto comprendió que yo cuidaría de ella y que ambos disfrutaríamos del placer de la carretera y del viaje por el viaje. Poco a poco nos fuimos entendiendo, conectando y en estos días disfrutamos de momentos intensos, llenos de belleza y sintonía.

Rodando con ella, sintiendo la caricia del aire en el cuerpo y su potencia entre mis piernas, la palabra libertad se materializa y puedo sentirme lejos del mundo por unas horas, relajarme, escapar de todo lo malo que me rodea y disfrutar de cada metro de paisaje desconocido que te descubre cada nueva curva del camino. Este año en el que hemos compartido tanto merecía su sentido y justo homenaje. Que los peligros del camino nos respeten y los dioses de la carretera nos protejan y nos guíen, para que podamos celebrar por muchos años esta preciosa relación.

martes, 9 de diciembre de 2008

ISLANDIA CAPITULO TERCERO

Por fin el último capítulo de la trilogía islandesa. Corresponde a los días finales del viaje; recorriendo el norte de la isla, la península de Snaefells, en el sur, con el volcán donde Julio Verne indicaba que estaba el acceso al centro de la tierra y las tierras salvajes del interior, desiertos de piedras y hielo, para finalizar el viaje en Reykiavik.

SILENCIOS COMO CUCHILLOS

Hay silencios que penetran como cuchillos...
... silencios tan intensos que no dejan conciliar el sueño...
...la pantalla muda del teléfono móvil...
... la bandeja vacía de la cuenta de correo...
... ese buzón que solo escupe facturas y recibos por pagar....
... por suerte de vez en cuando, muy de vez en cuando....
una cálida voz rasga ese velo oscuro.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

LA VIDA PIRATA



Si ya lo dijo Espronceda:
" La vida Pirata es mucho mejor...
sin trabajar, sin estudiar...
con la botella de Ron..."
(Versión musical de Tierra Santa)

lunes, 1 de diciembre de 2008

EL GIGANTE


Aquí podeis ver un vídeo que he montado con las imágenes que grabé durante mi segundo intento de ascensión al Teide, hace escasamente un mes.